Felipe Alfonso Angeléologo
Contacto Celestial
Definición de Meditación
Meditación procede del latín meditatĭo y hace referencia a la acción y efecto de meditar (enfocar atentamente el pensamiento a la consideración de algo).
El concepto está asociado a la concentración y a la reflexión profunda.
La noción de meditación es habitual en la religión y la espiritualidad. El Budismo, el Judaísmo o el Islam son algunas de las religiones que no dudan en tener como uno de sus principales pilares a la meditación.
Existen diversas formas de meditación, desde religiosas hasta las terapéuticas.
Para el budismo, la meditación es una práctica esencial para aumentar la sabiduría y erradicar el sufrimiento. Más allá de las distintas técnicas y escuelas, lo habitual a la hora de la meditación es buscar un lugar tranquilo, sentarse en la posición de loto y repetir un mantra que lleva al sujeto a un estado de profunda concentración.
El término meditación se refiere a un amplio espectro de prácticas que incluyen técnicas diseñadas para promover la relajación, construir energía interna o fuerza de vida (Qì, ki, chi, prāṇa, etc.) y desarrollar compasión, amor, paciencia, generosidad y perdón.
Meditar es un Ejercicio Intelectual
Aunque definir lo que es la meditación es complicado, pues se trata de un concepto muy abstracto que cada persona vive de manera particular. Para unos puede tener connotaciones religiosas o espirituales, mientras que para otros es un método intelectual para acallar el bullicio interno y conseguir estados más creativos o emocionalmente positivos.
Cada vez hay más gente que practica la meditación, lo cierto es que en occidente todavía existen muchas personas que relacionan la palabra meditación con aspectos religiosos, con gurús o con prácticas sectarias. Pero meditar no es otra cosa que un ejercicio intelectual. Si nos atenemos al significado etimológico de la palabra, meditación se refiere a una práctica de naturaleza intelectual a través del cual se potencia la atención y la consciencia en el momento presente.
Felipe Alfonso.
Angeléologo